Comprar 10 kg de resina epoxi fue una decisión repentina. Su color ámbar y brillo le llamaron la atención, parecía ideal para el proyecto que tenía en mente.
Pero, ¿era suficiente? No era un peso considerable y podría quedarse corto. ¿Debería comprar 20 kg? Eso sí sería mucho, tal vez demasiado. ¿Cuánto tiempo le duraría? No tenía forma de calcularlo con precisión.
La indecisión le hizo dar vueltas por la tienda. Examinó lasopciones una y otra vez. Resinas epoxi de diferentes colores y acabados, catalizadores para acelerar o ralentizar el proceso, endurecedores para convertirla en plástico duro. Las posibilidades eran infinitas pero su presupuesto no.
Comprar la resina epoxi era apenas el principio. ¿Se atrevería a adentrarse en el fascinante mundo de los aditivos químicos? Su interés en la manipulación de materiales se avivó de repente.
Podría experimentar con las proporciones, probar diferentes catalizadores, lograr consistencias y acabados distintos. Las 10 kg podrían convertirse en algo más que un simple pedido.
Salió de la tienda con la bolsa, pasos más ligeros y la mente bullendo de ideas. La resina epoxi era la llave que abriría las puertas de nuevas posibilidades por explorar.
¿Qué aventuras le depararía? ¿De qué sería capaz de crear con ella? La resina epoxi tan sólo acababa de entrar en su vida, pero ya no podía imaginarla sin ella.
