Un día estaba cansado de mirar la larga y descuidada corte de césped de mi jardín. Los pastos se habían extendido tanto que apenas si podía ver la casita blanca que tenía detrás. Era hora de comprar una corta césped.
Pero ¿qué tipo debía elegir? ¿ manual o motorizada? Las manuales eran más ligeras y económicas, perfectas si solo tenía que cortar un pequeño espacio. Pero mi jardín no era pequeño y la manual me pareció insuficiente. Opté por una corta césped motorizada.
¿Cuál sería más potente y duradera? Consideré la posibilidad de alquilarla primero para probarla antes de comprarla. Nada como conocer su desempeño real en mi propio jardín. ¿Se esforzaría demasiado y se descompondría rápido o sería fiable y resistente?
Día a día fui probando diferentes modelos hasta que di con una que se ajustó a mis necesidades. No muy grande, pero sí lo suficientemente potente para engullir sin problemas la densa vegetación. Y su precio era accesible, perfecto para mi presupuesto.
Finalmente tomé la decisión de adquirir mi propia corta césped motorizada. Con ella, logré poner mi jardín en forma en poco tiempo. Las largas horas de trabajo dieron sus frutos y ahora tengo un césped corto, verde y homogéneo del que me siento orgulloso. Mi deseo de comprar una corta césped se había cumplido, solo me restaba disfrutar de ello.
