La gran compra de resina epoxi (10 kg): ¿aventura o desastre?

Un día, me atrapó la curiosidad de comprar resina epoxi 10 kg. Siempre había oído hablar de ella, de sus múltiples usos y posibilidades, pero nunca me había animado a adquirirla. ¿Qué podría hacer con tanta resina epoxi? ¿Sería difícil de manejar en esas grandes cantidades? ¿Ocuparía mucho espacio?

Decidí ir a una ferretería para ver sus envases y leer atentamente las especificaciones. Me sorprendió ver que podía conservarse por años sin problema y que era bastante estable. ¿Podría ser un buen invento? Podría utilizarla para reparar goteras, impermeabilizar superficies, consolidar muebles, encapsular objetos, embellecer superficies… Las posibilidades parecían ilimitadas.

Al comprarla, el vendedor me advirtió que debía manejarla con guantes y mascarilla, pues los disolventes podían irritar la piel. ¿Sería tan complicado como parecía? Pero tenía tantas ganas de experimentar con ella, que no me desanimé.

Al llegar a casa, decidí probarla para reparar unas grietas en el suelo de la terraza. Mezclé la resina con el catalizador y la apliqué con una espátula. ¡Funcionó de maravilla! Las grietas se sellaron perfectamente. Estaba fascinada con los resultados.

Ahora tenía la resina epoxi y muchas ideas en mente para usarla. ¿Podría convertirme en una experta en resinas? Con 10 kg, estaba segura de que iba a terminar dominando todas sus posibilidades. Mi curiosidad había quedado más que satisfecha y mi terraza, totalmente impermeabilizada. ¡El experimento de comprar resina epoxi 10 kg había sido todo un éxito!