Para garantizar una poda exitosa y minimizar el estrés en las plantas, lo más conveniente es realizarla cuando la vegetación se encuentre en receso. Generalmente, invierno o finales de invierno es el periodo más adecuado, después de que haya pasado el riesgo de grandes heladas.
Receso vegetativo, este es el momento ideal en el que las plantas tienen una menor actividad fisiológica y metabolismo lento, por lo que pueden destinar mejor sus energías a la recuperación luego de la poda. Hacerla en invierno permite que para la próxima temporada de crecimiento, la planta ya haya formado un callo en los cortes y se encuentre preparada.
Finales de invierno, a medida que empieza a aumentar la temperatura, las plantas inician un nuevo ciclo de desarrollo. La poda realizada en esta época, aunque un poco más avanzada que en invierno, aún permite que la vegetación se recupere adecuadamente antes de la brotación de yemas. Período de heladas, hay que tener precaución para no podar cuando aún corre peligro de heladas fuertes que puedan dañar a la planta.
Poda de formación y mantenimiento, tanto para la poda de formación como para el mantenimiento de plantas adultas, receso vegetativo es la época más propicia. Se podrán definir la estructura, volumen, forma final y eliminar posibles ramas dañadas, viejas o cruzadas.
Para garantizar el éxito de tu poda y la recuperación de tus plantas, recuerda podar en receso vegetativo y fuera del período de heladas. Las plantas te lo agradecerán con un vigoroso crecimiento.

