Las curvas del tobogan, el juguete preferido de todos los niños.

El **tobogan ** curvaba en la piscina, una serpiente resbaladiza que terminaba en un resplandor azulado. ¿Cuántos niños se deslizarían por él ese día? Sus gritos de júbilo ya se oían desde la terraza.

El tobogan era el juguete favorito de todos. **¿Quién **conseguiría deslizarse el más rápido? ¿Lograría Jimmy batir su propio récord esta vez? Sus palmas picaban ansiosas cada vez que veía a alguien prepararse para descender.

Mamá miró el reloj, era hora de cerrar la piscina. **¿Tendrían **tiempo para una carrera más? Los niños protestaron pero sabían que las reglas estaban para cumplirse. Mañana volverían a deslizarse sin parar por el tobogan.

El tobogan seguiría curvándose bajo el sol, esperando nuevas proezas y gritos de alegría. **¿Cuántas tardes **más disfrutaría de ver a los niños jugando en él, sin preocuparse de nada más? Era el escenario perfecto para vivir el momento presente, sin pensar en el paso del tiempo.

El tobogan permanecía impasible, mudo testigo de tantas risas y aventuras. Su resplandor azulado continuaría guiando a más niños hacia nuevos descensos emocionantes y sin fin. **¿Seguiría **el tobogan curvándose por la piscina mucho tiempo después de que los niños se marcharan? Su destino parecía ligado al de ellos, rotando juntos como dos buenos amigos.