La familia se había mudado hace poco a una nueva casa con una piscina en el jardín. Los niños no paraban de hablar de lo mucho que se divertirían nadando y jugando en ella durante el verano. Sus padres sabían que algo esencial faltaba para que la piscina fuera perfecta.
¿Cómo disfrutarían los niños de la piscina sin un tobogan? Pasaban horas imaginando las grandes resbaladas y saltos que darían desde lo alto de un tobogan largo y curvo. Sus sueños se materializaron el día que fueron a la tienda de jardinería de la esquina a escoger uno.
Había toboganes de todos los tamaños, formas y colores. ¿Tobogan vertical u oblicuo? ¿ Largo y suave o corto y extreme? La decisión no fue fácil pero al final eligieron uno azul marino, bastante largo, con la inclinación justa para deslizarse velozmente hasta abajo.
Al instalar el tobogan, los niños no dejaron de probarlo y perfeccionar su técnica para hacer las zambullidas más espectaculares. Sus risas y gritos de alegría resonaban en todo el vecindario. El tobogan había sido una excelente inversión.
La piscina se había convertido en el centro de reunión de todos los niños del barrio. Pasaban las tardes jugando, nadando y bajando una y otra vez por el tobogan. ¡Qué verano tan divertido! La familia no podía imaginar que un simple tobogan pudiera traerles tanta felicidad.
¿Te apetece un nuevo tobogan para este verano? ¡No lo dudes! Seguro que te esperan muchas aventuras en la piscina.
